Ayer se inauguró en el Castillo de San Vicente de la Barquera la exposición «15 paisajes, el rasgo humano», organizada por la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Cántabros (APFC) y disponible hasta el 31 de agosto.

La inauguración contó con la asistencia del alcalde Dionisio Luguera, la concejala de Cultura Pilar Gutiérrez, el concejal José Luis Noriega y varios integrantes de la APFC.

La muestra se compone de 15 imágenes de profesionales que desarrollan su actividad en diferentes medios de comunicación, y se incluye una imagen del recientemente fallecido Pablo Hojas, reconocido como maestro de los fotoperiodistas cántabros. Esta inauguración se une a los numerosos homenajes y muestras de admiración y cariño que ha recibido el fotoperiodista cántabro Pablo Hojas Cruz, profesional de El País, la Agencia EFE o el diario Alerta, que falleció el martes a los 77 años.

Esta muestra de los fotógrafos miembros de APFC es un proyecto apoyado por la Dirección General de Acción Cultural del Gobierno de Cantabria, compuesto de 15 imágenes de gran formato de los fotógrafos Alberto Aja, Esteban Cobo, Celedonio Martínez, Joaquín Gómez Sastre, Javier Rosendo, Luis Palomeque, Javier Cotera, Pedro Puente Hoyos, Juan Manuel Serrano, Román Alonso, Antonio San Emeterio, Roberto Ruiz, Miguel de las Cuevas y Juanjo Santamaría. Incluye también una imagen de Pablo Hojas, Presidente honorífico de la APFC.

Con el ser humano como eje, -el retrato en sentido amplio- se han reunido unas instantáneas que cuentan todo lo que cada uno es capaz de percibir en ellas.

Esta muestra itinerante, que ha recorrido diversas ubicaciones dentro de Cantabria, recoge el retrato como vehículo temático de las imágenes.

A través del retrato como elemento central se quiere mostrar el proceso de creación fotográfica que implica el ejercicio del fotoperiodismo y reivindicarlo como una de las formas primordiales de comunicación visual.

También se busca que el público pueda establecer sus opiniones acerca de las imágenes, el hilo conductor entre ellas y la universalidad del retrato humano como transmisor de emociones y estados de ánimo.